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EL VIAJE DE DOS SALVADOREÑOS QUE SE QUEDARON A LAS PUERTAS DEL SUEÑO AMERICANO

  • Foto del escritor: Sise Puede
    Sise Puede
  • 27 jun 2019
  • 1 Min. de lectura

La muerte del salvadoreño Óscar Martínez y su hija Valeria en el río Bravo ha dado la vuelta al mundo representada en una fotografía. Su tragedia ha vuelto a poner de manifiesto los graves peligros a los que se enfrentan los migrantes que buscan alcanzar, por los medios que sea, el sueño americano. A las amenazas habituales (extorsión, secuestro, inanición o deshidratación) se suman ahora otras como la desesperante lentitud de los procesos de asilo, el amplio despliegue militar o la saturación de los albergues. En el caso de la familia salvadoreña, se juntaron varios ingredientes que les empujaron a tomar una decisión arriesgada que ha terminado en tragedia.

Hasta su llegada a Matamoros, y según han confirmado las autoridades mexicanas, habían cumplido todos los requisitos legales. Contaban con permiso de tránsito en México y se habían inscrito en la lista de espera para solicitar asilo en Estados Unidos. Sin embargo, en esa lista había más de 2.000 migrantes registrados y las autoridades sólo atienden a una media de tres personas diarias. La impaciencia se adueñó entonces de la joven pareja salvadoreña que, ante la posibilidad de tener que esperar un proceso eterno en un albergue saturado y donde se registran temperaturas de hasta 45 grados, decidieron cruzar a nado el río Bravo. Según ha confesado su familia a un medio salvadoreño "tenían previsto entregarse a las autoridades estadounidenses nada más cruzar el río".

fuente: EL MUNDO Rodrigo Alvaro MR.

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